La Llamada de la Solidaridad
Fue una tarde de septiembre cuando recibí una llamada inesperada de un amigo de confianza, Yepez. A lo largo de los años, habíamos colaborado en diversos proyectos relacionados con la seguridad y cursos de primeros auxilios. «Jessie,» me dijo, «tengo una oportunidad para ti y tus seguidores. Estamos organizando un evento en conjunto con Paramédicos en Moto para llevar comida y frazadas a familiares de pacientes en hospitales de la ciudad. ¿Te gustaría participar y extender la invitación a tus seguidores?»
No lo pensé dos veces antes de responder afirmativamente. Era una oportunidad para poner en práctica lo que tanto pregonamos: la solidaridad y el espíritu comunitario que distingue a los motociclistas. Esa noche, me encontraba a bordo de un carrito trimoto que había sido prestado para transportar la carga de donativos que llevábamos.
Motos Central: Un Aliado de Corazón Solidario
Nuestra primera parada fue en Motos Central, una agencia multimarca que, en el pasado, ya había colaborado en una iniciativa similar. Recordé cómo les había pedido prestada una moto con las maletas llenas de croquetas para llevar a perritos necesitados. Aquella experiencia solidaria fue compartida en un video que aún podemos ver aquí.
Motos Central no solo nos ofreció apoyo logístico sino que también donaron dinero para la compra de cobijas. Fue un gesto conmovedor que nos llenó de gratitud y nos impulsó aún más en nuestro propósito de ayudar a quienes más lo necesitaban.
Rumbo a la Bondad
Nuestro convoy de motos, ahora con las maletas llenas de comida y cobijas, se dirigió hacia el Hospital Pediátrico de Tacubaya. No estábamos solos, pues motociclistas de diferentes grupos se unieron a nosotros. Todos compartíamos un objetivo común: brindar apoyo y calidez en una noche fría y sombría.
Una Noche de Esperanza
Desde Tacubaya, nos dirigimos al Hospital ISSSTE Canarios. La situación era la misma: familias esperando, algunas durante horas e incluso días, sin poder moverse. El hambre y el frío eran sus fieles compañeros en esa noche inclemente.
En esta travesía, una sorpresa inesperada se unió a nuestro grupo. Una periodista de «Venga la Alegría» se unió a nosotros para documentar nuestra misión solidaria y mostrar al mundo que no todos los motociclistas son estereotipos negativos.
Agotados pero Felices
Con el paso de las horas, nuestras provisiones disminuyeron, pero nuestro espíritu de solidaridad siguió fuerte. La noche de hospital puede ser larga y difícil para las familias, pero esa noche, les brindamos un poco de consuelo y calidez. Al final de la jornada, cenamos taquitos y cada uno regresó a su hogar, agotados pero felices de haber extendido una mano amiga cuando más se necesitaba.
Estas actividades solidarias son frecuentes desde que decidí volverme motociclista. Juntos, creamos un impacto positivo y dejamos en claro que, como Jessie Biker, estamos orgullosos de generar ruido y participación en causas que hacen del mundo un lugar mejor. Te invitamos a unirte a nosotros en futuras aventuras de solidaridad sobre ruedas.
